Vitamina C y resfriados: qué dice realmente la ciencia sobre eso en invierno
Durante los meses de invierno, el sistema inmunitario se enfrenta a un mayor desafío: descenso de temperaturas, menor exposición solar, cambios bruscos entre interiores y exteriores, y un aumento generalizado de virus respiratorios. Por ello, la vitamina C suele convertirse en uno de los nutrientes más mencionados cuando se habla de prevenir o reducir los síntomas del resfriado. Pero ¿qué dice realmente la evidencia científica sobre ella?
A continuación, se revisa lo que muestran los estudios actuales sobre el papel de la vitamina C en la función inmunitaria y en los resfriados.
La vitamina C y el sistema inmunitario: un nutriente esencial
La vitamina C es un micronutriente fundamental para el correcto funcionamiento del sistema inmunitario. Diversas investigaciones señalan que:
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Contribuye al funcionamiento normal del sistema inmune.
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Favorece la protección de las células frente al daño oxidativo.
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Participa en la formación de colágeno, esencial para la barrera de la piel, primera línea de defensa frente a patógenos.
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Apoya la respuesta inmunitaria tanto innata como adaptativa.
En invierno, cuando el organismo está más expuesto a infecciones respiratorias, unos niveles adecuados de esta vitamina pueden ser especialmente relevantes.
¿Qué papel tiene realmente la vitamina C en los resfriados según la evidencia?
La evidencia científica señala que la vitamina C desempeña un papel relevante en el sistema inmunitario y en cómo el organismo responde ante infecciones respiratorias. Durante el invierno, mantener niveles adecuados de este nutriente puede ayudar a que el sistema inmune funcione de forma óptima, lo que se asocia con una mayor resistencia frente a resfriados y una mejor respuesta del cuerpo ante los virus típicos de esta estación.
Los estudios también muestran que un aporte continuado de vitamina C puede reducir la duración de los resfriados y atenuar la intensidad de los síntomas, especialmente cuando el organismo ya cuenta con reservas adecuadas antes de que aparezcan los primeros signos. Este beneficio es aún más notable en personas sometidas a estrés físico o ambiental —como deportistas o quienes viven en climas fríos—, donde las necesidades de antioxidantes son más elevadas.
En conjunto, reforzar la ingesta de vitamina C en invierno se considera una estrategia útil y respaldada por la literatura para apoyar al sistema inmunitario, favorecer una recuperación más rápida y contribuir a una mejor defensa frente a los resfriados típicos de la temporada.
Por qué su papel es especialmente relevante en invierno
Durante los meses fríos se dan varios factores que aumentan el riesgo de déficit o de mayor solicitud fisiológica de vitamina C:
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Disminuye el consumo de frutas y verduras frescas.
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Aumenta la exposición a virus respiratorios.
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El organismo necesita más antioxidantes para contrarrestar los radicales libres generados por el frío y el estrés.
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Los niveles plasmáticos de vitamina C suelen descender en situaciones de infección.
Esto explica por qué, en invierno, la recomendación de mantener una ingesta adecuada de esta vitamina es especialmente importante.
Cómo asegurar un buen aporte de vitamina C en invierno
La vitamina C es un nutriente esencial que el organismo no puede producir por sí mismo, por lo que debe obtenerse a través de la alimentación. Entre las fuentes naturales más ricas se encuentran los cítricos, el kiwi, las fresas, el pimiento rojo, el perejil, el brócoli y los frutos rojos, alimentos que contribuyen de manera eficaz al mantenimiento del sistema inmunitario durante los meses fríos.
Aun así, en determinadas situaciones —dietas bajas en frutas y verduras, épocas de mayor estrés o cansancio, exposición continua a virus respiratorios o periodos en los que se busca reforzar la respuesta del organismo— puede resultar útil complementar la ingesta dietética con un aporte adicional.
En ese contexto, la Vitamina C de Be Essential ofrece una formulación de alto poder antioxidante, diseñada para apoyar la función inmunitaria y ayudar al organismo en momentos de mayor demanda. Además de contribuir al funcionamiento normal del sistema inmunitario, este suplemento:
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Favorece la regeneración de tejidos.
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Interviene en la producción de colágeno, presente en huesos, tendones y músculos.
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Facilita la absorción del hierro.
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Ayuda a prevenir infecciones intestinales en situaciones de esfuerzos intensos.
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Puede resultar especialmente útil en invierno, como apoyo en la prevención de resfriados.
De este modo, combinar una alimentación rica en frutas y verduras con un suplemento adecuado puede ser una estrategia eficaz para mantener niveles óptimos de vitamina C y reforzar el bienestar general durante la temporada invernal.
En definitiva, la vitamina C es un apoyo esencial para el sistema inmunitario, especialmente en invierno, cuando el organismo necesita una mayor protección. Mantener niveles adecuados a través de la dieta —y recurrir a la suplementación cuando sea necesario— contribuye a reforzar las defensas y favorecer una mejor respuesta frente a los resfriados típicos de esta época. Apostar por buenas fuentes alimentarias y suplementos de calidad ayuda a asegurar un aporte óptimo durante los meses más fríos.
